CRÍTICAS DE HOM@ CONSCIENCE

 

¿FASCINACIÓN y PERVERSIÓN CONCEPTUAL en “HOMO DEUS”?

Se puede sustanciar, al leer el libro de Yuval Noah Harari, titulado Homo Deus, que los algoritmos le han producido un cierto estado de fascinación que hace que estos se conviertan en un eje principal de la argumentación en su relato.

Se entiende que la finalidad de la obra es la de colaborar en el entendimiento sobre temas de vital importancia, como ¿quién es realmente Homo Sapiens?, ofreciendo para ello tesis cómo que “el humanismo se convirtió en la religión dominante en el mundo”, o “qué es probable que intentar cumplir el sueño humanista cause su desintegración" (pág. 81).

La fascinación por el tema algoritmos y su incuestionable importancia, ya hoy y más mañana, en la proyección de escenarios de futuro en los que la IA se convierte en un nuevo embudo sistémico para LA GRAN MAYORÍA (que se quedó con su lenta progresión inteligente biológica) al servicio y beneficio de sus propietarios, es más que comprensible, especialmente si existe una fuerte comunión con las proyecciones futuristas correspondientes.

Sin embargo, lo de algunas tesis que proyecta en su libro el Sr. Harari en su “interés por ayudarnos a comprender mejor” quienes somos y como hemos llegado a ser lo que somos, como homo sapiens, opina HOM@ CONSCIENCE que, con mayor o menor intención e interés en ello, se puede deducir que existe una clara perversión conceptual y comunicativa.

Porque “calificar de religión dominante al desarrollo humano”, es profundamente perverso.

Especialmente cuando el hecho constatable de abandonar las humanidades en la educación y los objetivos de bienestar social correspondiente al desarrollo del proyecto de Ser Humano, no tiene nada que ver con ninguna religión (salvo que el capitalismo lo califiquemos de religión), sino con la naturaleza capitalista de la explotación y el beneficio asociado, con el análisis económico correspondiente por el que el desarrollo social relativo al proyecto de Ser Humano, es poco rentable para quienes deciden, hoy por hoy, sobre el modelo en el que este ha de tener lugar. Por lo que resulta claramente perversa esta asociación, la cual dado el grado de formación y nivel de información del Sr. Harari, resulta difícil pensar que sea inconsciente, sino más bien estratégicamente interesada, en una muestra de profunda intoxicación conceptual en favor de quienes apuestan e “invierten” en los futuros trans y post humanistas.

No menos perversa es la probabilidad planteada por el Sr. Harari de que “intentar cumplir el sueño humanista cause su desintegración”.

Porque, ¿qué se desintegrará si seguimos LA GRAN MAYORÍA (hoy por hoy de seres humanos) queriendo continuar con el desarrollo del sueño humanista? ¿los derechos sociales alcanzados?, ¿los valores sobre los que descansan estos?, ¿la esperanza de un futuro humanamente mejor para LA GRAN MAYORÍA?

No es difícil percibir la conexión estratégica existente entre estas tesis pervertidas, asociar desarrollo humano con los movimientos religiosos y calificarlo de religión dominante durante un tiempo, transmitiendo e inculcando la idea de que es algo sin futuro y decadente. A abandonar, “sin futuro”.

Por otra parte, conectar esta idea de desesperanza y falta de futuro, con la de “desintegración en los sueños”, es decir, con la inestabilidad y “el miedo”.

Pues no Sr. Harari, quienes se están encargando de “desintegrar”, no el sueño humanista, sino que todos lo logros que, el animal que somos y el ser social que hemos logrado culturalmente ser, habíamos alcanzado con la concepción y desarrollo en curso del proyecto de Ser Humano, quienes han llegado a la conclusión de que este proyecto de humanización es contrario a sus prioridad capitalista de la obtención del mayor beneficio posible en la explotación de los recursos materiales y del animal y ser social que “soñó con ser cada día más humano”, son los mismos que una vez alcanzado el máximo de rentabilidad y antes de que la curva entre en zona de beneficio insuficiente, han apostado por la proyección de futuros “trans y post humanistas”, sin objetivos de Humanidad que mermen las cuentas de resultados y “DESINTEGRANDO” lo que sea necesario para conseguirlo, sean sueños o el mismo planeta.

Ellos, Sr. Harari, son los sapiens dominantes de su “historia”, tanto por Sapiens de codicia sin límite, como por DEUS, deshumanizados y sin el lastre ético del desahuciado Ser Humano en su, Sr. Harari, “breve historia del futuro”.

¡BE CONSCIENCE!

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