Hoy, una pregunta como nueva entrada por este camino del desarrollo más Serético de la sociedad:

¿Seremos capaces, como especie, de abandonar el

 camino del abismo?


De nuevo, ante el “inhumano” conflicto bélico, nos volvemos a entregar a la dialéctica de los culpables, o de los buenos y víctimas; además, con la mayor de las resonancias nunca habida, dada la “más que cuestionable evolución” basada en los MMCC y RRSS que devoran todo tipo de contenidos, de presuntuosas e inservibles opiniones o de evitables, cuando no indeseables debates, que aun hacen más doloroso el conflicto que no hemos sabido evitar.

Y es que, en un modelo de desarrollo en el que en el ámbito de la salud, o más bien de la enfermedad como negocio, el síntoma es lo que determina el medicamento que corresponde aplicarnos, sin prestar la atención mínima suficiente a las causas que lo han originado; es lógico -por muy insensato que a la vez sea-, que la invasión de Ukrania por la Rusia de Putin (porque si, es suya, a golpe de encarcelamiento, asesinato inducido o lingote de oro acumulado, pero suya, con el  Kremlin como el patio de su casa), que no deja de ser un síntoma de lo que nos ocurre como sociedad en su conjunto, sea confundido con la causa.
Porque, ¿cuál es la causa de que estemos donde estamos, repitiendo una y otra vez los mismos errores, cíclicamente, como un animal desorientado, empujándose a si mismo hacia la extinción, como el más necio e incapaz del reino animal?

¿Cuál es el camino que nos ha traído hasta aquí?

Hay que reconocer cuanto antes que fue un error el camino elegido, cuando la bifurcación de nuestro acontecer por este planeta planteaba al animal que éramos y seguimos siendo -aunque muy engreído ser social- el decidir entre el camino de “más evolución consciente en la dirección del ser human@” o, por el contrario, “más desarrollismo inconsciente en la dirección del ser social insaciable en su ambición enfermiza”; decidiendo, quienes así lo vienen haciendo por tod@s los demás, seguir por este segundo, por el que, de nuevo, estamos viviendo lo horrible de sus consecuencias, incapaces de aprender de los errores; o quizá más cruelmente, interesados, quienes así deciden por nosotros, en que el camino siga hasta el abismo, ciegos de enfermiza ambición y ya desprovistos de toda humanidad.

Si salimos de esta, compañer@s en el viaje, no lo dudéis, el reto que no podemos demorar por más tiempo es el enfrentarnos a nosotr@s mism@s, cada un@ consig@, empezando por preguntarse -como aquello de, “quien este libre de culpa que tire la primera piedra”-, ¿Cuál está siendo mi propia evolución? ¿de verdad es este segundo camino por el que nos llevan contra nosotr@s mism@s y contra la misma naturaleza que nos acoge y permite ser y estar, el que yo quiero seguir?

¿Dónde quedó el proyecto del “Ser Humano”?, porque no lo dudéis, lo que somos cierta, naturalmente, es un animal, ni siquiera el ser social que pretendemos ser, lo que si somos es un animal expuesto a su extinción?

¿Por qué tanto interés, por quienes apuestan y lideran la promoción de una sociedad supertecnificada basada en el consumo caiga quien caiga (incluido el de armas, por lo que la necesidad o conveniencia de un mercado, el de ¡las guerras!) de abandonar al ser humano en la cuneta de su autopista de inteligencia artificial, seres biónicos y eternidad “sin fin”?

¿De verdad que seguiremos por el camino de los autonombrados “trans-humanistas”?

¿Seguro que estamos libres de culpa en todo esto?

¡Be conscience!

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